La pandemia del COVID-19 o coronavirus, como comúnmente se conoce, ha cambiado drásticamente la economía mundial y sus efectos aún no son cuantificables. En medio de esta crisis sin precedente, las empresas tienen que tomar decisiones significativas y difíciles, como suspender actividades, cerrar algunas de sus plantas o continuar operando si es que se dedican a alguna actividad esencial o estratégica para enfrentar la pandemia, terminar relaciones con sus proveedores, no poder cumplir con el abastecimiento de productos en los niveles previamente comprometidos, una infinidad de situaciones inimaginables hasta hace unos meses.