En el sector financiero internacional, durante los últimos años, se ha acentuado la tendencia por parte de los inversionistas, desde los grandes fondos de inversión hasta inversionistas individuales (retail investors), de invertir no sólo en empresas que tengan finanzas estables y competitivas, sino también en aquellas que cumplan con criterios de operación sostenible y responsable. Estos aspectos se han centrado principalmente en tres grandes rubros: el ambiental, el social y el de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés, como acrónimo de Environmental, Social, Governance). Así, los inversionistas optan por empresas que consideran los pilares de ESG porque estos funcionan para valorar su riesgo legal, regulatorio y de reputación.